Siempre que una empresa o asociación decide modernizar algún sistema, enfrenta resistencia en alguna etapa del proceso. Muchos son los motivos, que pueden ser financieros, tecnológicos o culturales. La resistencia forma parte de la naturaleza humana, y en el caso de la introducción de un sistema para la gestión de la salud (privada o pública), se considera una etapa normal del proceso. Eso se pasa incluso en  países desarrollados. Vencer esa barrera, aunque parezca imposible no es tan difícil.

Implementar un sistema electrónico en un hospital trae una serie de resistencias, pues se trata de un ambiente que opera sistemas propios y procesos ya definidos. La resistencia a ese cambio impide la evolución del sistema de salud, ya que dificulta a la Ficha Clínica Electrónica del Paciente (PEP) desempeñar su principal: ser fuente general de informaciones sobre pacientes y patologías.

Un cambio de ese porte exige planificación vinculada a objetivos integrando aspectos técnicos y culturales. Para el profesional de salud, además de la dificultad en operar la computadora, la incorporación de sistemas de informática en su rutina prevé la alteración del proceso de trabajo y el impacto en la relación con el paciente.

La introducción de los sistemas de información conduce a una modificación en la estructura de la organización, que afecta las relaciones de poder con eventual disminución de la autonomía de los profesionales de salud y aumento del control de los gestores, a través de procesos y protocolos.

El primer paso para vencer la barrera de la resistencia es involucrar el usuario antes de implementar el sistema. Levantar opiniones para establecer y explicar las nuevas metas, y hacer las aclaraciones necesarias, puede contribuir para generar entusiasmo en el equipo. Es necesario dejar claros todos los cambios, incluyendo nuevas funciones y nuevos hábitos que necesitan ser comunes al ambiente de trabajo.

Con profesionales de salud, una buena táctica para vencer la resistencia es explorar el lado competitivo de cada uno, escogiendo un usuario clave en cada departamento. Escoger un médico con habilidades en prácticas de IT puede ayudar a romper la barrera cultural e incentivar a otros profesionales a usar el sistema. Colocar profesionales habilitados a dar el soporte al uso del sistema en cada área también es un factor importante para quebrar la resistencia del profesional de salud a la informatización.