Atención médica eficaz: evite el aumento en la fila de pacientes

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Un médico que trabaja en una unidad de emergencias o en un hospital, probablemente, ya se encontró perdido en medio de filas interminables de pacientes para atender, así como ya vivenció dificultades para hospitalizar un paciente urgente. Este hecho acaba resultando en largas y desgastantes horas de trabajo hasta conseguir cumplir toda esa demanda e inclusive genera malestar e irritación de sus clientes.

Ofrecer una atención médico eficaz y que sea capaz de reducir el tiempo de espera de los pacientes, ni siempre es una tarea fácil, especialmente para quien gestiona el trabajo del profesional, como directores clínicos, gestores hospitalarios o jefes de clínicas.

A pesar de esto, es posible establecer un sistema de atención que valorice el trabajo del médico y torne eficiente el tiempo que se dedica a cada paciente para llegar hasta él, como también facilite la gestión de las camas para admisión y procedimiento de alta de los individuos que se encuentran en aquel hospital. Sólo tiene que utilizar algunas estrategias, seguir los indicadores y métricas específicas, además de establecer rutinas y procesos que ayudarán a organizar la llegada de los pacientes en urgencias, optimizando el tiempo de contacto con el profesional médico, el procedimiento de alta y el gerenciamiento de las camas, que incluye todos los procedimientos realizados en el hospital durante la atención.

Para saber más sobre cómo reducir el tiempo de espera de los pacientes y tornar la atención médica en su hospital más eficaz y mantener la satisfacción de sus clientes siempre alta, preparamos este artículo con algunos consejos.

Eche un vistazo a la siguiente información y saque provecho de este contenido para optimizar su rutina.


Urgencias: El primer punto del posible retraso en la atención médica

Urgencias es la puerta de entrada de la mayoría de los pacientes que van a ser admitidos o atendidos en el hospital. En este primer contacto con la institución, es necesario que los profesionales del área de la salud tengan la capacidad de identificar la gravedad del cuadro médico del paciente que está siendo atendido, para determinar si él va ser medicado y liberado para regresar a la casa o si va a ser internado para un seguimiento hospitalario.

Algunos puntos deben observarse de cerca en urgencias, en pro de minimizar el tiempo de espera y también optimizar la selección de los pacientes que se hospitalizarán:

Demora en la atención

A pesar de siempre estar relacionado a retrasos en la atención, el médico es un profesional condenado injustamente por ese problema. Como en cualquier otro oficio, el retraso puede ocurrir debido a imprevistos en la rutina de trabajo.

El gran problema del médico — y que resulta en un mayor número de casos de retrasos en la atención — es que su trabajo, muchas veces, no puede ser determinado por un horario fijo de consulta con un paciente. No se trata de una ciencia exacta.

Existen atenciones que son rápidas y ni toman 20 minutos de consulta, entretanto, existen otras que se pueden complicar y convertirse en una consulta de casi dos horas. Esos imprevistos, especialmente en clínicas y en urgencias, son los principales responsables por la fama de demora en la atención por parte de esos profesionales.

Mismo pareciendo ser una variable de difícil control, el tempo de atención de un paciente puede gestionarse con la ayuda de varias estrategias simples introducidas en la rutina de una clínica y especialmente en el área de urgencias de un hospital.

Gestión del Flujo de pacientes

La principal manera de disminuir el tiempo de espera para la atención, consecuentemente, de la fila de espera de los pacientes en una atención es aprender a hacer la gestión correcta del flujo de atención de los pacientes que llegan a este local.

Evaluar ese flujo va mucho más allá de simplemente controlar el número de pacientes que acuden para ser atendidos, o controlar el tiempo de espera para recibir la atención médica. Ese estudio debe ir más allá de la unidad, considerando todo el trabajo de la institución, para descubrir exactamente donde está ocurriendo el problema principal.

El papel del gestor de la unidad, sea ella de grande o de pequeño porte, es, por tanto, aprender a recoger las informaciones sobre cómo funcionan todas las etapas del flujo de atención de los pacientes, para, entonces, proponer maneras de trabajar mejor evitando la formación de largas filas para la atención y esperas interminables.

Clasificación de riesgo

Imagine si un paciente, que está con un simple resfriado o un virus, entra en la misma fila de otro paciente que presenta un cuadro grave de diarrea o vómitos ininterrumpidos para ser atendidos por el mismo médico. ¿Cómo explicar para esos dos pacientes que el cuadro clínico de uno es más urgente de que el otro? Es exactamente eso lo que la clasificación de riesgo hace.

Contar con un sistema eficiente de clasificación de riesgo en su institución, con profesionales entrenados y capacitados para determinar la urgencia de cada caso clínico, es una de las maneras más eficientes de minimizar las filas y optimizar la atención del médico. Esa clasificación debe, en vez de basarse en el orden de llegada de los pacientes, usar la condición clínica del paciente para definir el tempo de espera de cada persona que llega. Por lo tanto, cuanto mayor es el riesgo de muerte, más rápidamente el paciente debe ser atendido (y así quedará más funcional y optimizada la fila de pacientes).

Algunas atenciones más simples, incluso, pueden solucionarse incluso en la fila de la clasificación de riesgo, economizando tiempo tanto para el profesional médico, así como para el paciente que se encuentra en la fila. En ese triage realizado durante la clasificación, pacientes que no presentan condiciones críticas pueden ser remitidos para ambulatorio, para hacer una consulta electiva, minimizando también su tiempo en la fila.

Uso de paneles de atención

Paneles que ayuden a controlar las etapas de la atención y también ejecuten la llamada de los pacientes para los consultorios médicos y salas de procedimientos, esos paneles ayudan a dejar más transparente el proceso de atención, sirven incluso para calmar los ánimos de aquellos que están llevando mucho tiempo para ser atendidos. Esos paneles deben tener datos que evidencien la situación de la atención del paciente en el momento, así como el tiempo estimado para la próxima etapa del proceso de atención.


Hospitalización: aprendiendo a optimizar la gestión de las camas y el proceso de alta hospitalaria

Uno de los principales enemigos del tempo de espera de los pacientes y el retraso en la hospitalización, es la gestión de las camas del hospital. Es necesario garantizar la harmonía entre los procesos que implican la admisión del paciente en el entorno hospitalario, con los procedimientos realizados en el seguimiento de ese paciente hospitalizado (agenda del área quirúrgica, realización de exámenes) y, especialmente, con el alta hospitalaria. Los obstáculos o barreras encontrados en la comunicación entre esas tres etapas pueden ser los principales responsables por el retraso en la atención y hospitalización de pacientes críticos, que resultan en un gran tiempo de espera de esos incluso en urgencias y, es claro, altísimos niveles de insatisfacción.

Para evitar esos problemas, algunos cuidados en la gestión de camas son esenciales:

Garantizar mayor comunicación entre la central de camas y el equipo médico

Muchas veces los problemas de gestión de camas ocurren porque el paciente recibe el alta, pero ninguno comunica a la central de camas sobre la liberación de un cupo en el hospital para admitir otro paciente. Esos ruidos en la comunicación, que pueden suceder por diversos problemas, atrasan la admisión de un paciente que todavía se encuentra en urgencias, ocupando un espacio donde podrían estar siendo atendidas otras personas que llegan al hospital.

Mejor control de la agenda del área quirúrgica

El área quirúrgica es, en muchos hospitales, uno de los mayores responsables por retrasos tanto en pacientes de cirugías electivas, cuanto de urgencia, influenciando directamente en la gestión de las camas y también en los procedimientos de alta. Tener mayor control de la agenda del área permite que los procedimientos realizados en ese ambiente se realicen en el horario programado y sin retrasos por falta de material o de personal habilitado para atender al paciente.

Uso de softwares de gestión

Gestionar el flujo de pacientes en un hospital es también saber recopilar, almacenar y evaluar todas las informaciones que son generadas por esas instituciones a lo largo de su tiempo de trabajo.

Los buenos gestores saben que al monitorear los indicadores, como tiempo de atención, tiempo de espera, clasificación de pacientes atendidos, tasa de admisión, tasa de alta y tasa de ocupación (tanto del hospital, de la urgencia, cuanto del área quirúrgica) es extremamente importante para que él pueda actuar independientemente de los problemas encontrados en esa rutina. El estudio de esos indicadores permite que el gestor identifique las fallas del proceso, comprenda porque ellas están ocurriendo y aprenda a actuar independientemente de la situación basándose en experiencias ya vivenciadas en su propia institución.

Para eso, es necesario que ese gestor cuente con un buen software de gestión clínica, para poder almacenar y evaluar esos datos. Además de eso, debe contar con un equipo de profesionales capacitados en utilizar esas informaciones para mejorar el proceso. Esos profesionales, incluso, pueden ser los propios médicos del hospital o de la clínica. Estos softwares son capaces de gestionar la disponibilidad de camas para hospitalización, la programación de cirugías electivas, la programación de alta y hasta el propio flujo de pacientes en urgencias. Todo esto funciona en perfecta harmonía para reducir el tiempo de espera de los pacientes en la institución, garantizando retorno positivo en las búsquedas de satisfacción.

 

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