El avance de la salud en la era del big data

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Por Paulo Magnus*

La última década ha sido acompañada por grandes avances en el procesamiento de datos digitales, cuya cantidad generada aumenta de forma extraordinaria. Tecnologías capaces de lidiar con ese volumen, variedad, veracidad y velocidad de datos están cambiando la naturaliza de los negocios. Estamos en la era de la inteligencia artificial y cognitiva, del cruce de muchas informaciones que permiten detectar estándares, prever amenazas y obtener diversas aplicaciones a la práctica cotidiana.

Reuniendo soluciones capaces de analizar y comprender cualquier tipo de información digital en tiempo real, se cree que el big data es hoy la más importante herramienta estratégica. Aunque todavía existan dificultades para comprender como la cantidad de datos generados a diario pueden ser útiles, las promesas del big data son muchas, pero, sus mayores posibilidades de aplicaciones ya son observadas en el área de la salud.

Además de reducir los costos de P&D Farmacéutico en más de US$ 70 mil millones y la cantidad de tempo para la decodificación del genoma humano de 10 años para una semana, la medicina predictiva y preventiva son vistas como la mayor oportunidad del big data en la salud. Con la popularización del  mobile health, aplicaciones y wearables que ayudan a las personas a monitorizar hábitos y enfermedades, es posible compartir datos particulares con el médico, para ayudarlo en un diagnóstico individual y para que las informaciones de salud no se traten más de forma aislada.

Con los avances tecnológicos, atingimos la Cuarta Ola de la Salud, en que la participación creciente del individuo en la reunión de informaciones mejora la emisión de alertas a las conductas médicas, a la formulación de hipótesis diagnósticas, la construcción de mejores prácticas de tratamiento, la prevención primaria y el acompañamiento de la evolución de la salud del paciente. Evaluando remisiones de tratamientos, principalmente de Oncología y otras condiciones crónicas, supercomputadoras ya interaccionan (incluso, por voz) directamente con los médicos.

En esa era de la amplia captura, del cruce de la interpretación de datos, la medicina adquiere mayor base para aumentar las  chances de cura y prevención de enfermedades, disponer diagnósticos anticipadamente, promover agilidad a tratamientos, desarrollar nuevos medicamentos y disminuir muertes evitables. Además de eso, es cierto prever que el uso de la inteligencia artificial en el cruce de datos clínicos de las personas, no necesariamente pacientes, evitará agravios de la población y,  consecuentemente, aumentará la expectativa y la calidad de vida.

*Paulo Magnus es el presidente de MV.

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