Historial clínico electrónico del paciente: las 5 principales barreras

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Pasó el tempo en que la principal barrera para la implantación de un historial clínico electrónico del paciente (PEP) era la barrera cultural. “Los gestores de hospitales de medio y grande porte están cada vez más conscientes de que en cualquier momento van a necesitar un PEP”, afirma Heitor Gottberg, consultor y socio de la consultoría Folks.

Para él, el mercado de servicios hospitalarios puede dividirse en tres grupos: aquellos que no pretenden hacer la adopción del historial electrónico; aquellos que están en la fase de selección o implementación del historial electrónico y aquellos que ya hicieron la primera etapa de la implantación del historial clínico electrónico, han visto los beneficios y ahora están en el proceso de  renovación.

Todavía, hay limitadores para la entrada o evolución del historial clínico electrónico del paciente. Para el especialista, las críticas hoy están en otras cuestiones y varían de acuerdo al perfil y tamaño del hospital: 

Presupuesto: no necesariamente por el valor de los proyectos, pero por la falta de cultura de inversión en IT. “El porcentaje del presupuesto de salud que se gasta con IT en Brasil, por ejemplo, es de un promedio de apenas 2%”, explica Gottberg. “La proporción sigue creciendo en relación lo que pasaba en los últimos años, pero para aquellos que todavía no utiliza el PEP es una barrera”, completó.

Evolución del PEP: el historial clínico electrónico del paciente  entró en los hospitales para mejorar la rutina administrativa, administrando camas, registrando altas y garantizando que la prescripción sea accesible. Ahora, la nueva etapa es introducir el concepto de seguridad del paciente, con verificación de medicación al borde de la cama, alerta de exámenes, soporte a la decisión clínica, y otras mejoras previstas en el modelo de la HIMSS (Healthcare Information and Management Systems Society, o Sociedad de Informaciones y Sistemas de Gestión en Salud). La inserción de atribuciones, en algunos casos, sufre por la cultura local que es de mantener esas actividades bajo los cuidados tradicionales.

Tiempo de implementación: el periodo promedio de implementación del sistema  – que va de 12 meses a 18 meses, segundo Gottberg -, todavía exige mucho esfuerzo para el hospital y los colaboradores. “El nivel de tensión sube mucho. Esa transformación es crítica, porque involucra sistemas, como de gestión y atención que pueden parar”, explica.

Tecnología obsoleta: insertar una tecnología requiere integración con el legado, y en muchos lugares se compone de varios softwares amadores. “Es necesario realizar adaptaciones para que el sistema atienda el PEP, pero softwares amadores ni siempre consiguen atender a esos requisitos.”

Rutinas médicas: si el PEP es visto como un dificultador del trabajo médico, su implantación queda más difícil. “No puede ser solamente un trabajo más, hay que tener funcionalidades que los ayuden en el cotidiano”, dijo el especialista, dando detalles de que el sistema debe agregar inteligencia y no impedir la flexibilidad necesaria a la función o generar dificultad de prescripción. De forma general, cuando el médico percibe que los datos están integrados con el departamento de radiología, farmacia, y otros, facilitando el flujo de la información, sobre el paciente en el hospital, empiezan a defender el sistema.

“El Modelo de la HIMSS, que ya tiene ocho hospitales en la etapa 6 y algunos se preparando para la 7, estimulando el crecimiento de la IT en la salud.”, finaliza Gottberg.

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