Innovación en el área de la salud: el "De-Para" de los wearable devices

La comercialización de los dispositivos está avanzando, sin embargo, es necesario vencer algunos desafíos, como la desconfianza de los profesionales y la ausencia de la reglamentación para el uso efectivo en las organizaciones

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La comercialización de los dispositivos está avanzando, sin embargo, es necesario vencer algunos desafíos, como la desconfianza de los profesionales y la ausencia de la reglamentación para el uso efectivo en las organizaciones brasileñas de salud

 

Los wearable devices son una de las grandes tendencias de la innovación en la salud. Esos equipos se presentan en diferentes formas, como pulseras, relojes, tenis y hasta ropas, y tienen la internet de las cosas (internet of things, IoT) como base para recopilar los datos de sus usuarios en tiempo real. Ritmo cardíaco, niveles de colesterol y de hormonas y seguimiento del porcentaje de grasa son algunos recursos básicos que ya son monitoreados actualmente por la tecnología que, poco a poco, deja de ser tratada como un gadget para volverse en una herramienta que auxilia el médico en la toma de decisiones – y que también proporciona datos que pueden ser utilizados en la estrategias personalizadas de prevención. 

Por eso que las ventas están en su punto más alto: en el primer trimestre de 2019, el número de unidades comercializadas en el mundo creció 55,2% en relación al mismo periodo del año anterior. De los 50 millones de equipos que fueron vendidos en las tiendas, 63% eran smartwatches y 34% eran de gancho para la oreja. Los datos son de la consultoría IDC, que también destaca que las principales aplicaciones de los equipos son destinadas a la salud y al bienestar

Wagner Sanchez, coordinador del MBA en health tech de FIAP, destaca que los wearables son equipos capaces de realizar la “lectura” de los signos vitales de las personas. Los primeros equipos surgieron al mismo tiempo que los smartphones, en meados de los años 2000, pero la inspiración para esos equipos es mucho más antigua, según el profesor: en 1953, el matemático, físico y astrónomo italiano Galileu Galilei inventó un termómetro que usaba como base un tubo inverso que presentaba agua y aire. El equipo funcionaba cuando la elevación de la presión exterior, por medio del calor, hacía que el aire dilatase que, consecuentemente, aumentaba el nivel del agua dentro del tubo. El principio es el mismo de los wearables actuales: utilizar la tecnología disponible para recoger informaciones del cuerpo humano y transformarlas en datos relevantes para el monitoreo de la salud. 

En ese “De-Para” de los wearable devices, la innovación en la salud empieza, por lo tanto, en la capacidad de monitorear el organismo, cuyas potencialidades con la tecnología. “Actualmente, podemos afirmar que es mucho más importante cuidarnos de la salud que tratarnos la enfermedad. Entonces, esos dispositivos se vuelven aliados de los médicos y de las personas, para evitar que las enfermedades se incuben”, destaca el especialista. 

Sin embargo, los wearables no producen esos resultados de forma aislada, pero, producen resultados cuando combinados a otras tecnologías y cuando forman parte de un modelo de gestión basado en la innovación. El especialista cita tres posibles aplicaciones de los wearables en el contexto de la salud digital: 

  • Como historial clínico: los datos generados por el seguimiento constante de los usuarios de esos dispositivos sirven como un historial clínico completo, considerado por Sanchez como una “película” de la vida del paciente, y no solo un “tráiler” recogido en el hecho de la consulta que puede, incluso, traer algún sesgo del momento. 
  • En home care: posibilitan el seguimiento en tiempo real de los signos vitales de pacientes, y que también se puede utilizar, por ejemplo, en estrategias que tienen como objetivo la “deshospitalización”. Ese monitoreo promueve la seguridad del paciente, aun cuando este paciente no está dentro de la institución, ayudando a optimizar la tasa de rotación de las camas que, consecuentemente, resulta en beneficios en la eficiencia a la gestión hospitalaria. 
  • En el monitoreo de pacientes crónicos: el uso de wearables para seguir pacientes que tienen enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, ayuda en la prevención de agravamientos, que generan consecuencias a la salud y bienestar de los individuos y amplían el costo asistencial. Además, permiten el envío de alertas inmediatos e intercambio de informaciones entre institución y paciente en tiempo real. 

Desafíos 

Aun con esas y con otras posibilidades de innovación en la salud a través de los wearables, hay, todavía, un problema por parte de las organizaciones y por los propios especialistas sobre cómo utilizar los datos generados por los dispositivos. Algunos comentan que las informaciones son imprecisas, sin embargo, los resultados preliminares de una investigación sobre smartwatches, realizada por una escuela de medicina de la Universidad Stanford, en EUA, demuestran lo contrario. Del total de 419 mil voluntarios que participaron del estudio, solo 0,5% recibió alertas cuando sus latidos estaban irregulares. De ese porcentaje, una en cada cinco personas, o sea, 450 personas, buscó un médico, como lo recomendaba, llevando en cuenta que la fibrilación arterial fue confirmada en 34% de ese total, o sea, 153 personas. Por lo tanto, el dispositivo acertó uno en cada tres casos – y los investigadores creen que los números tienden a mejorar, conforme el avanzo de la tecnología. 

Futuro 

La expectativa con esos dispositivos es mayor con la posibilidad de alta performance proporcionada por la conectividad 5G. De acuerdo con Franco Mota, CSO (Chief Science Officer) de MV, esos dispositivos tendrán aplicaciones directas con la asistencia, sin embargo, también presentarán resultados para la gestión. “Esos dispositivos permitirán el intercambio de informaciones sobre cuidados con la salud. Además, proporcionarán mayor cualidad y accesibilidad a los servicios, enviando en tiempo real las informaciones tanto para el usuario como para su médico. Para las organizaciones, será la oportunidad para modificar la cultura organizacional, que tendrá como enfoque la atención de los deseos de los clientes globalizados y conectados, y para repensar la forma de asistencia y poner atención en el suministro de acciones de la salud y de la cualidad de vida." El especialista sintetiza explicando que, solo con un equipo – sea una pulsera o una aplicación de smartphone – la dinámica de todo el sector será modificada. 

Sobre ese asunto, Wagner Sanchez también cree en una presión mayor de los propios pacientes. En posesión de esas informaciones recogidas por los dispositivos, ellos tienden a cobrar de los profesionales de salud que las utilizan en la gestión del cuidado.  “En el pasado, el paciente era solo un espectador de la asistencia, pero, hoy, el paciente debe ser el protagonista junto con su médico decidiendo por prácticas que garanticen su calidad de vida y bienestar. Y, en ese nuevo escenario, cuanto más el paciente se informe y se integre con el equipo de la salud, mejores serán los resultados clínicos en tratamientos y prevenciones.” 

Los wearables son, por lo tanto, una forma de entregar ese papel de protagonista a los individuos y construir, con su participación efectiva, el futuro de la .

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