Protocolo clínico: entienda la importancia de la gestión del conocimiento

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El desarrollo de nuevos recursos tecnológicos dirigidos al sector de salud — como, por ejemplo, el surgimiento de aparatos cada vez más modernos, la posibilidad de realización remota de procedimientos terapéuticos y la ampliación de la cantidad de tratamientos posibles para las mismas patologías – han transformado la práctica médica.

La variabilidad en las conductas junto al crecimiento exponencial del volumen de informaciones científicas publicadas y al adviento de la Medicina basada en evidencias — que proporcionan más exactitud para los procedimientos de impacto científicamente comprobados — han impulsado la comunidad científica, los hospitales y centros de diagnóstico de punta en la búsqueda de uniformización en la asistencia prestada para que se reduzcan los eventuales errores de diagnósticos y para que la calidad de los servicios sea superior. Es ahí que el protocolo clínico ocupa un papel de destaque.

Hoy usted podrá comprender la importancia de la gestión del conocimiento en los procesos diagnósticos y terapéuticos, además de aprender sobre el abordaje médico que puede ser más efectivo a través de esos instrumentos especializados.
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El funcionamiento del protocolo clínico

Los protocolos clínicos son instrumentos desarrollados para ayudar a los profesionales del área de salud en la toma de decisiones — simples o complejas — que exijan paradigmas clínicos y subsidios teóricos de confianza para uso de médicos en la asistencia de sus pacientes en el hospital. Estos protocolos resultan, además de otras cosas, en la reducción de la necesidad de realizar exámenes innecesarios que traigan riesgos de complicación para el paciente y costos para el sistema de salud. Esas herramientas son elaboradas a través de un amplio estudio sistemático de las evidencias científicas de determinada conducta, involucrando investigadores, profesores y expertos, para traer resultados consensuales en relación a las discusiones de trabajos clínicos que sean útiles para la mejora de los procesos internos de un hospital , dando más rapidez, confiabilidad , normalización y seguridad a la asistencia.

Un protocolo clínico puede funcionar como un documento de auxilio al profesional de la salud. Cuando tenga dudas sobre la administración de una medicina para dolor neuropático, por ejemplo — con el uso de este tipo de herramienta —, es posible acceder a los tratamientos de consenso y hasta las formas de monitoreo. Teniendo en cuenta que los médicos trabajan bajo presión y que, muchas veces, disponen de pocos segundos para la toma de decisiones importantes, la ayuda de protocolos clínicos se convierte en algo vital, especialmente en hospitales y clínicas que trabajan con gran diversidad de procedimientos.

Mas los protocolos clínicos no son simplemente instrumentos estáticos de consulta médica, ya que el expediente clínico electrónico permitió que esos protocolos se presenten de forma dinámica a los médicos y demás agentes de salud. El protocolo clínico se adapta al contexto del contenido registrado por el profesional de salud en el expediente clínico, esa información puede presentarse como material de consulta para el profesional y como una ruta asistencial para agilizar la toma de decisión y promoción de buenas prácticas médicas, siempre basadas en evidencias, por medio de indicativos de acuerdo con las prioridades de la gestión hospitalaria.

Es importante destacar que esta herramienta tiene carácter de apoyo y no disminuye la libertad prescriptiva del profesional – pues cada paciente y cada situación clínica pueden presentar peculiaridades que no hayan sido previstas en los protocolos clínicos.

El protocolo y la cultura organizacional

La verdad es que para que el protocolo clínico genere efecto en la cultura de la organización, es necesario un trabajo adecuado en gestión del conocimiento. De hecho, la investigación médica no se transforma tan rápidamente en prácticas clínicas internalizadas en las instituciones de salud. Esas prácticas se construyen cuando el hospital desarrolla una política sólida de gestión del conocimiento, basada en la adopción de registros digitales, a través de bases de datos de fácil acceso para los profesionales habilitados. El acceso a la información facilita la toma de decisión basada en las mejores evidencias científicas abordadas por la comunidad médica.

La interacción con sistemas de registros

La importancia de la digitalización de datos


Errores médicos pueden costar indemnizaciones millonarias, la destrucción de la marca de su hospital o de su clínica, además de lo principal: la pérdida de vidas. Esa es la gran responsabilidad involucrada en la asistencia que impone la inversión en IT para automatizar procesos, racionalizar procedimientos, dar celeridad a la atención, además de garantizar mayor asertividad a las decisiones. En este punto entra la conjunción entre adopción de protocolo clínico en sinergia con la digitalización de los datos hospitalarios, lo que resultará en:

- Reducción de errores médicos;
- Disminución de costes con stock de costos de fármacos, pues hay una menor chance de administración de medicinas inadecuadas;
- Caída de las tasas de regreso de los beneficiarios las instituciones de salud;
- Mayor cantidad de pacientes atendidos, en función de la velocidad en la toma de decisiones y de la adopción de procedimientos;
- Estandarización de procedimientos de acuerdo con las mejores prácticas de consenso en la comunidad científica;
- Mejor supervisión y anticipación a posibles reacciones adversas;
- Más control administrativo sobre lo que se realiza dentro del hospital;
- Ampliación del prestigio social y mejor calidad de los servicios prestados;
- Aumento de la facturación del hospital.


La seguridad como clave de éxito

La preocupación de las instituciones en ofrecer los mejores cuidados, con lo máximo de seguridad y confiabilidad, explican la razón de la difusión del uso de protocolos clínicos en las últimas décadas. El incremento de la demanda mundial por servicios de asistencia médica y la necesidad de administrar costos hospitalarios con eficiencia motivan los establecimientos de salud a utilizar esas directrices. De esa forma, las mejores instituciones del sector se vuelven a la implementación de soluciones hospitalarias automatizadas, capaces de facilitar el flujo de datos y llevar los protocolos a acceso rápido en cualquier parte del establecimiento médico o fuera del hospital.

Ese procedimiento ya se practica hace mucho tiempo en países europeos. En Finlandia, por ejemplo, ya hay más de 700 protocolos clínicos homologados, que son ampliamente usados en su clínica médica. En Francia, son centenas de protocolos acreditados por la Agence Nationale de Sécurité du Médicament et des Produits de Santé (ANSM) — una especie de Agencia Nacional de Salud local —, que ayuda a mantener los altos patrones de sistema de salud en el país.

La homologación de esos guías por asociaciones médicas quita del profesional, de alguna forma, el peso de tomar una decisión solitaria sobre un diagnóstico complejo — lo que significa mejor calidad de vida para el profesional. Pero eso no es imponer un límite para el libre albedrío del médico en el proceso decisorio, la herramienta desempeña un papel de auxilio. Al adoptar los protocolos clínicos, los profesionales pueden crear espacios para la adopción de tratamientos más efectivos.

Es importante percibir que con la extrema competitividad entre las instituciones de salud y la dificultad de sobrevivir equilibrando los altos costos con los desfasados valores de procedimientos (cobrados de la población), la gestión del conocimiento se convierte en fundamental para rever procesos incorrectos, acelerar atenciones y llevar la excelencia esperada a la clínica médica. Eso fundamenta, por ejemplo, la adopción de expedientes clínicos electrónicos, soluciones en Big Data para generación de informaciones estratégicas, además de protocolos clínicos hospedados en la nube, con acceso desde un smartphone. El área de salud ha cambiado y no hay más espacio para las instituciones que prestan asistencia de acuerdo con el modelo de décadas pasadas.

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