Seguridad del paciente: cómo prevenir errores y eventos adversos en el hospital
La organización debe actuar a partir de una visión preventiva; pero no de una acción punitiva. También es necesario tener en cuenta que los problemas son de responsabilidad de los procesos mal diseñados y de todos involucrado
Garantizar la seguridad del paciente es una de las principales formas de evitar errores y eventos adversos en el cuidado a la Salud.
Fernando Teles de Arruda, coordinador asociado del curso de Medicina, del campus Bela Vista, de la Universidade Municipal de São Caetano do Sul (USCS), en Brasil, resalta que es un rol de la gestión hospitalaria pensar en formas de minimizar la ocurrencia de errores y eventos adversos. Él enfatiza que los gestores deben empeñarse en la mejora de los procesos, en el aumento del nivel de satisfacción de los pacientes, en la definición y en el reparto de responsabilidades, en los procesos de capitación y en el desarrollo de competencias de los profesionales. Entre las etapas principales, están:
- Gestión de los procesos hospitalarios: mapeo y organización de las rutinas de trabajo, estableciendo todas las etapas involucradas en cada una de las actividades y de quién es la responsabilidad de ejecutarlas. Con revisión periódica, se permite identificar problemas y puntos que pueden mejorar.
- Núcleo de seguridad del paciente: responsable por apoyar a los gestores en la manejo de acciones de mejoras de la calidad y seguridad del paciente. Para la implementación, se debe instalar comisiones (de defunción, registro clínico, medicamentos y farmacia, y otras, que varían de acuerdo con la organización), en que van a generar los datos que pueden ser trabajados por el núcleo. Esas comisiones evalúan todas las ocurrencias de forma segmentada, de acuerdo con el área, permitiendo que las informaciones sean trabajadas de manera macro por el núcleo.
- Sistema de Gestión (Enterprise Resource Plainning - ERP): organiza y centraliza los datos referentes a todos los procedimientos involucrados en la apoyo, incluso los de backoffice. Ayuda a prever las demandas, crean escenarios e identifica los problemas, además de posibilitar mejor control de la gestión de procesos. Permite la creación, por ejemplo, de avisos para la verificación de la identidad del paciente cuyo algún medicamente le haya sido recetado, evitando que ocurran alergias o interacciones perjudiciales.
- Lista de Verificación: se utiliza, generalmente, en centros quirúrgicos. Esa estrategia se propone a verificar las informaciones que se refieren al procedimiento, tales como el nombre del paciente, los exámenes hechos, los órganos o los miembros que serán operados, si habrá anestesia en el quirófano, si el cirujano evaluó todos los exámenes, los insumos necesarios para el caso en cuestión, entre otros ítems que se incluyen de acuerdo con la especialidad.
- Capacitación: entrenar los empleados involucrados en cada proceso de asistencia es indispensable para la protección del paciente. Los profesionales también deben ser capacitados para el manejo de las tecnologías, visto que ellos son responsables, directamente, por la actividad, y que pueden fácilmente proponer soluciones a los gestores, para que se amplíe la seguridad del paciente.
Cultura organizacional
En la evaluación de Arruda, esas y otras estrategias solo serán efectivas cuando los gestores reconozcan que el error no es individual, pero parte del proceso y de todos los involucrados. “En primer plan, se debe implementar una cultura organizacional en que se identifiquen y se analicen las ocurrencias, educando y promoviendo cambios que garanticen la seguridad del paciente. En el caso de que la organización solo identifique el error con objetivo de punición, hay incentivo de subnotificación, pero, en consecuencia, no se trabaja en la prevención”, dice.
El especialista resalta que los errores pueden ocurrir por varios factores. “La organización debe tener la consciencia de que si algo sucedió, fue producto de una actividad colectiva; entonces, se debe revisar las etapas para que se identifique lo que se puede mejorar. Con esa cultura educativa, no punitiva, la comunicación entre los vinculados mejora”, explica, resaltando que esa transparencia es una de las mejores formas de evitar problemas.